lunes, 16 de enero de 2012

Lo fundamental

Pueden enumerarse una gran cantidad de objetivos cumplidos por este gobierno. Recuperación económica, mayor cobertura de la seguridad social, mejoras educativas, reforma del calendario de vacunación obligatoria, juicio y castigo a los culpables del genocidio de los ´70. Pero hay un logro que es esencial a la hora de pensar en un cambio serio en la dirección política de este país, y es la exposición de la batalla por el poder que se da entre la política y las corporaciones económico-mediáticas.
Claro que esto puede parecer una exageración, pero hagamos un poco de memoria. ¿No fueron los grandes grupos económicos los que condicionaron el gobierno de Raúl Alfonsín? ¿Acaso no fue la constante propaganda positiva de los grandes medios lo que permitió que la dictadura durara lo que duró? Ni que hablar de los festejos por la guerra de Malvinas... Queda claro que para poder gobernar, para poder hacerlo en verdadera democracia, no deben existir tales corporaciones que decidan lo que nadie les autorizó a decidir.

Desde un primer momento, desde su primer discurso, Néstor Kirchner dejó muy en claro que el gobierno iba a representar al pueblo y a nadie más. Sin embargo, fue muy fácil desconfiar; palabras más, palabras menos, todos decían lo mismo desde hacía muchos años. Pero Néstor cumplió, aunque no fue para nada fácil. Para poder romper con esos poderes ocultos, primero debía consolidar el suyo, el de su gobierno, el de la democracia, y para lograrlo debió tener el visto bueno de esos que se creían los dueños del país. No es raro, aunque muchos incomprensivos de la política así lo crean, que en un principìo el kirchnerismo fuera casi como un aliado para el grupo Clarín y los Roca. La única manera de dejar en evidencia al mosntruo era tomándolo por sorpresa, y eso no podía lograrse confrontando desde el minuto cero. La política es el arte de dominar la circulación del poder, y él sabía jugar este juego como nadie.
Luego sí, llegó el momento de tensar las relaciones y, aunque en muchos puntos fue una derrota, el conflicto con las entidades agropecuarias fue el momento ideal. Clarín y el campo contra el gobierno, las corporaciones contra la democracia. Lo que en un principio pareció el golpe final a los sueños de una patria de pie, se tradujo en la domostración de que el gobierno era más, porque su poder era real, movido desde las bases hacia arriba; y no de arriba hacia abajo como quisieron imponer los vende-patria de siempre.
Desde 2009 en adelante Cristina Férnandez gobierna, ejerce el poder que el pueblo delegó en su persona sin pedirle permiso a nadie más que a ese pueblo que la condiciona con su deseo de soberanía, justicia e independencia. Por eso, a mi parecer, dejar en evidencia la influencia que tenían las corporaciones en los destinos del país es el logro fundamental de este gobierno.

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