sábado, 25 de febrero de 2012

Reacciones post-tragedia

Lo primero, como corresponde y además siento, envío mi más sincero cariño para todas las familias que resultaron damnificadas por la terrible tragedia ferroviaria sucedida en la estación de Once. Lamento profundamente todas las vidas peridadas, y las aún más afectadas por el siniestro. También lamento el desagradable uso político que tantos opositores le han dado al tema. Es muy triste perder a un ser querido, y peor debe ser la sensación de que a nadie le importa algo más que aprovechar para aumentar un poco su venido abajo capital político.


Es increíble que muchos sigan con el versito de "ahora nadie la votó", seguido de una rídicula alusión al presidene riojano que la tradición popular sugiere evitar nombrar. Está más que claro que quienes votamos a Cristina Fernández de Kirchner seguimos acá, quienes bancamos el proyecto lo seguimos bancando. Buscan invisibilizarnos, como buscaron hacerlo cada vez que el pueblo decidió tomar las riendas de su destino, pero no lo permitiremos. Hoy el mundo cambió, la apertura que producen las redes sociales para que la palabra sea más democrática es increíble. Pueden verlo en facebook, en twitter, en cualquier blog "k". Hay diversas opiniones acerca de lo que pasó, pero no tengo dudas de que los militantes no nos cambiamos de bando, que ninguno salió a pegar por pegar, y menos a nuestra presidente. Todo lo contrario, hacia adentro discutimos, opinamos, argumentamos. Toda la variedad de opiniones de distintos militantes de este proyecto desnuda su sentido completamente democrático ante los ojos más reacios a mirar. El espacio reinaugurado por Néstor y Cristina en 2003 se retroalimenta constantemente de disusión, de variedad. Es lamentable que esto tenga que darse sólo hacia adentro de un mismo movimiento, pero es el único camino que abrió la vergonzosa oposición de estos últimos años, que no tiene interés por discutir, simplemente se opone.
Y no sólo buscan tapar el Sol con un dedo, sería un triunfo que el agotamiento que deben tener, producto de equivocarse constantemente en sus predicciones, los inhiba de hacer más que buscar escondernos. Otra vez, como siempre, buscan patear el eje de la discusión. El problema parece no ser que hacer con los trenes. No, más allá del pedido de renuncia de Schiavi y la palabra de Cristina no saben que decir. O mejor dicho, no qieren decir otra cosa. ¿Qué proponen? Nada, lisa y llanamente nada. "Más control". Claro, cuando el Estado le exige a YPF que invierta invade la libertad de empresa, pero esta en todo su derecho de decirle a TBA que tiene que comprar trenes más nuevos. No es tan simple, no es tan lineal, y con 30 años de democracia en el lomo tendríamos que estar lo suficientemente maduros como para comprender eso. Si lo que queremos es que los trenes satisfagan las necesidades del pueblo, el camino es más que claro, el Estado tiene que hacerse cargo de los trenes y desde allí asegurar un buen servicio.
Me parece que es tiempo de ahorrar en chicanas, y empezar a aportar posibles soluciones desde todos los sectores. Nadie va a devolver las 51 vidas que se perdieron, pero que por lo menos esto sirva para motivar los cambios que aseguren que no pase nunca más.

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